Aldeburgh era una tarde soleada el día que fui: perfecta para un paseo preprandial, pedaleando suavemente sobre los guijarros de la playa y observando la arquitectura, a menudo peculiar, de las casas de la playa. Caminando hasta la Torre Martello de la época napoleónica, llego a Sloden y al recodo del río Alde que conduce a las marismas y a Aiken, que alguna vez se pensó que estaba perseguido por fantasmas y demonios, y St. Botolph hizo del exorcismo la misión de su vida. Ellos, en el siglo VII.
Siglos más tarde, a mediados de la década de 1920, el escritor MR James utilizó Aldeburgh como escenario apenas disfrazado para su historia de fantasmas Una advertencia para los curiosos, contenida en el libro del mismo nombre. La trama sigue a un arqueólogo que se topa con una de las tres coronas míticas perdidas en East Anglia, tras lo cual es perseguido por su guardián fantasmal. La iglesia y el cementerio de la historia son reales y me propuse visitarlos. Caminando hacia el norte en dirección al reactor nuclear Sizewell B (que, curiosamente, está adjunto a un parque de vacaciones), me detuve en White Hart para tomar una pinta y busqué en Google algunas cosas más sobre Aldeburgh. En 1642, hubo informes de una batalla fantasma en el cielo; En el siglo XIX, los residentes locales informaron repetidamente sobre el sonido de campanas bajo el mar en iglesias hundidas.