Después de dos décadas de duras negociaciones, más de 60 países firmaron recientemente la Convención de las Naciones Unidas sobre el Mar para la Conservación de la Biodiversidad en Alta Mar.
«Alta mar» son todas las áreas marítimas que no pertenecen ni están controladas directamente por un país en particular. Constituyen dos tercios de los océanos de la Tierra y proporcionan el 90% de los ecosistemas de la vida.
Este pacto fue celebrado históricamente. Es la primera vez que se actúa contra el uso incontrolado de recursos en este espacio no regulado.
Se estima que el 90% de las pesquerías marinas del mundo están actualmente plenamente explotadas, sobreexplotadas o agotadas. Aunque menos del 10% de la captura mundial total proviene de alta mar, la naturaleza no regulada de la pesca allí daña la vida marina.
El tratado consta de 76 artículos. Sus objetivos incluyen la conservación y gestión sostenible del medio marino, protegiendo la integridad de los ecosistemas marinos como los arrecifes de coral y preservando la diversidad biológica. Una vez ratificado el acuerdo, permitirá el establecimiento de áreas marinas protegidas en alta mar.
Si bien no prohíbe expresamente la pesca comercial en alta mar, sí incluye lenguaje que puede permitir su «uso sostenible». Por lo tanto, se espera que el establecimiento de un área protegida en alta mar aborde las actividades pesqueras insostenibles en el espacio, pero sólo si se implementa plenamente.
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Parte de mi experiencia es en la gobernanza de recursos marítimos y naturales en África, por lo que estoy siguiendo este desarrollo. Hay motivos para celebrar que el Tratado de los Océanos representa un mecanismo adicional para proteger nuestros océanos y sus recursos. Pero mi principal preocupación –señalada por otros– es que el acuerdo pueda llevar a los buques de aguas distantes (que pescan fuera de su propio territorio) a zonas de pesca más cercanas a la costa. Muchos de los campos más rentables se encuentran en países africanos.
El acuerdo ha sido calificado de «extremadamente amplio» y no específico. La agencia que aplique el acuerdo debería establecer normas claras. Aún no está claro quién será. El tratado exige que los Estados partes permitan el establecimiento de varios comités y grupos de trabajo.
Sostengo que regulaciones claras deberían garantizar recortes a los subsidios a la pesca para los buques que alguna vez dependieron de alta mar. Los subsidios a la pesca a larga distancia pueden fomentar la sobreexplotación de especies vulnerables.
Atractivos lugares de pesca
Los barcos necesitarán nuevos caladeros, ya que las poblaciones de peces se pierden en alta mar. Las aguas africanas son un objetivo atractivo por diversas razones.
Primero, son ricos en variedad.
En segundo lugar, estas aguas no se controlan adecuadamente, lo que significa que los países pueden explotarlas. La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada ya cuesta 2.300 millones de dólares al año.
En tercer lugar, los estados costeros africanos parecen dispuestos a celebrar nuevos acuerdos con países que pescan fuera de sus propias fronteras.
Esto es preocupante porque podría poner en peligro las frágiles pesquerías de África. Ya se sabe que las embarcaciones lejanas explotan.
¿Quiénes son estos buques?
El 97% de la pesca en alta mar se lleva a cabo por buques con pabellón de países de altos ingresos: la mayoría (86%) de China, Taiwán, Japón, Corea del Sur y España.
Algunos buques de estos países, como China, Corea del Sur y España, tienen acuerdos de pesca con países de África. Se sabe que contribuyen a la sobreexplotación de los peces del continente mediante la pesca tanto legal como ilegal.
Subsidios nocivos
Estos buques pesqueros de alta mar provienen de los 10 principales países que otorgan subsidios a la pesca.
Los subsidios a la pesca son asistencia financiera proporcionada por los gobiernos para ayudar al sector privado, incluidos los buques de aguas distantes, a capturar más peces. Se ha demostrado que algunos de estos subsidios son perjudiciales, especialmente para las especies vulnerables.
Los peligrosos subsidios fomentan la sobrepesca porque el dinero se gasta en actividades de creación de capacidad, como la reducción artificial del costo del combustible y la construcción de embarcaciones. Esto permite a los buques más grandes capturar más peces de los que son sostenibles pescando más mar adentro y pescando por más tiempo. Muchos buques industriales no serían rentables sin estas subvenciones.
El acuerdo no aborda específicamente los subsidios, pero son el tema del Acuerdo sobre Subsidios a la Pesca de 2022 de la Organización Mundial del Comercio. Sin embargo, el acuerdo aún no ha entrado en vigor ya que dos tercios de los firmantes aún no lo han ratificado. Según el acuerdo propuesto, los países signatarios se comprometen a dejar de proporcionar subsidios perjudiciales.
Si no se abordan eficazmente los subsidios dañinos, la prohibición de la pesca en el mar resultará en un aumento de las actividades pesqueras dentro de la jurisdicción de los estados costeros.
¿Qué debería pasar?
Además de la implementación efectiva del acuerdo, se pueden implementar varias medidas y estrategias para garantizar que los países africanos estén protegidos.
Para los países de África occidental, los organismos pesqueros regionales como el Comité de Pesca para el Centro-Oeste del Golfo de Guinea y la Comisión Regional de Pesca para el Golfo de Guinea deberían contar con más apoyo de la comunidad internacional. Los organismos regionales deberían estar en una mejor posición para orientar a los estados miembros sobre prácticas de pesca sostenible y hacer cumplir las regulaciones donde existan o actualizar las regulaciones según sea necesario.
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Debería haber más apoyo en el seguimiento de la pesca. Socios y organizaciones no gubernamentales comparten datos de tecnología satelital y sistemas de seguimiento de barcos, que ayudan a los estados costeros a monitorear lo que sucede en sus aguas. La comunidad internacional debería brindar mayor apoyo a los estados costeros para implementar las regulaciones existentes compartiendo capacidad, conocimientos técnicos y activos.
Combinando estas estrategias y fomentando la cooperación internacional, se puede lograr un equilibrio entre la implementación del tratado y la pesca sostenible en los océanos de África.